El gobierno central, preocupado por la pérdida de empresas
manufactureras de bajo costo que optan por trasladarse a otros países, les está
ofreciendo incentivos para instalarse en otras regiones más baratas de China.
Al mismo tiempo, las autoridades quieren también elevar los
salarios y estimular la demanda mediante el desarrollo de manufacturas de alta
tecnología, como semiconductores y robótica.
Las autoridades, por ende, tienen que mantener un delicado
equilibrio mientras tratan de impedir que los salarios demasiado rápido como
para restarle competitividad a la economía y, por otra parte, estimulan otras
clases de empleo fabril con el fin de aumentar los ingresos y crear una
economía que dependa más del consumo.
China no publica cifras de cierres o reubicaciones de
fábricas. No obstante, según un análisis de la investigadora Justina Yung de la
Universidad Politécnica de Hong Kong por encargo de la Federación de Industrias
de Hong Kong, la cantidad de plantas en manos de empresas de Hong Kong que
operan en el Delta del Río de las Perlas, cerca de Hong Kong, descendió en un
tercio a 32.000 en 2013 desde su máximo de 2006. Muchas de esas fábricas se
trasladaron a países con salarios más bajos.
Los costos laborales de China han crecido más que la
inflación durante años, según la consultora BMI Research, y en la actualidad
casi cuadruplican los de Bangladesh, Camboya, Myanmar y Laos.
Algunas empresas textiles también hallan ventajas en
Vietnam. "Mudarse a Vietnam es una tendencia", dice Wang Wei, gerente
general de Guangzhou Weihong Footwear Industrial Co., que instaló en 2013 su
primera fábrica en la ciudad del sudeste de Vietnam Thuan An, desde donde suple
a gigantes del calzado deportivo comoNike Inc., Adidas AG y Puma SE. Weihong
contempla la construcción de una segunda planta de zapatos y el traslado de
varias plantas textiles desde China a Vietnam.
La economía china
camina por la cuerda floja
La participación china de la producción global de
manufacturas alcanzó 25% el año pasado, un alza frente al 7% de 2000, según
HSBC Ltd. Para frenar la fuga de empresas a países de costos más bajos, el
gobierno ha ofrecido subsidios y una gama de incentivos para que los
fabricantes se instalen en ciudades en las regiones occidental y central del
país, donde los sueldos llegan a ser 30% más bajos que en las provincias
orientales.
La provincia de Sinkiang, uno de los principales centros de
cultivo de algodón, ubicada en el extremo occidental del país, tiene
disponibles 20.000 millones de yuanes, unos 3.000 millones de dólares, para
ofrecer como incentivos tributarios y subsidios de arriendo y electricidad para
atraer a las empresas textiles. "El país está haciendo cosas descabelladas
para apoyar a Sinkiang y la industria textil", afirma Hu Yiteng,
subgerente general de Flying Eagle Textile Co., que evalúa trasladarse a la
ciudad. "La ganancia está prácticamente garantizada".
China ha logrado retener a las empresas que dependen de la
mano de obra barata durante mucho más tiempo que sus vecinos asiáticos durante
una etapa similar de desarrollo. Los incentivos fiscales, los subsidios, el
gigantesco mercado interno y una buena infraestructura que incentiva a que las
empresas se queden en el país son algunas de las razones, dice Karlis Smits,
economista del Banco Mundial y autor de un estudio sobre los cambios de la
industria china. "A medida que un país se vuelve más rico, asciende en la
cadena de valor y uno prevé que las manufacturas de bajo costo se muden a otro
país", indica. "Pero las cifras muestran que esto no ocurre [en
China] tanto como uno esperaría".
Al mismo tiempo, sin embargo, China está exhortando a sus
empresas a que se automaticen, aumenten el gasto en investigación y desarrollo
y fabriquen productos de mayor valor agregado. También ha incentivado la
adquisición de competidores europeos y estadounidenses que cuenten con
tecnología de punta. El gobierno se ha fijado como meta un crecimiento anual de
7% de las manufacturas y un salto de 15% de la inversión empresarial para respaldar
mejoras industriales de aquí a 2018.
Su éxito hasta el momento en ascender en la cadena de valor
se refleja en las exportaciones de maquinaria y equipos de transporte, que
pasaron del 21% del total de las exportaciones chinas en 1995 al 46% en 2015. A
su vez, la participación de las exportaciones de menor valor agregado cayó en
igual lapso, según HSBC.
Si China logra estimular el desarrollo de industrias más
avanzadas podría someter a las empresas de países desarrollados a una mayor
competencia en mercados que antes consideraban seguros.
No obstante, la estrategia también acarrea riesgos. Si China
no consigue pasar de la fabricación de productos básicos a la de productos
avanzados y sus costos siguen ascendiendo, podría ser víctima de lo que algunos
economistas han bautizado como "la trampa del ingreso medio". Eso, a
su vez, podría generar tensiones sociales en un sistema dominado por un partido
político que basa su legitimidad en el acelerado crecimiento económico y la
movilidad social.
El descontento sobre el traslado de empresas a otros países,
despidos y cierres de plantas tiende a ser moderado tomando en cuenta el
control estatal de los medios de comunicación y la obsesión del gobierno con la
estabilidad social. La tasa oficial de desempleo ronda 4% desde hace dos
décadas, aunque algunos analistas estiman que ha subido reciéntemente.
En el primer trimestre se realizaron 877 manifestaciones
laborales en China, un alza interanual de 35%, según el grupo de Hong Kong
China Labour Bulletin.
La frustración ha llegado a las redes sociales, donde es más
difícil controlar la información. "Tanto las fábricas chinas como
extranjeras se están yendo del país. Nos vamos a morir de hambre",
escribió alguien en el foro de discusión en internet Zhihu.
"Las manufacturas baratas se trasladan al sudeste
asiático y las industrias más sofisticadas regresan a Estados Unidos y
Europa", escribió el usuario Nashuiren en Weibo, la plataforma de
microblogueo de Sina. "Nosotros, los trabajadores migrantes no podemos
hallar empleo. Se viene la gran recesión".
Fuente: Mark Magnier